La comida de siempre, siempre apetece. Valga la redundancia. Apetecen cazuelitas, apetecen revueltos de ingredientes de toda la vida, apetecen callos y fabadas. A veces, apetece también hacer un break de novedades gastronómicas de rabiosa actualidad, de locales de moda y de las cocinas de autor que, también a veces, casi no se disfrutan porque resultan tan sorprendentes que uno lo único que quiere es sacar lápiz y papel para no perder el mínimo detalle.
La taberna La Charca es uno de esos sitios en los que sentarte a cenar con la tranquilidad de una sencillísima cocina, un estupendo producto, un trato simpático, y punto. No le hace falta más. Ni maquillajes ni disfraces, no tiene más pretensión que la de hacernos felices con lo que desfila sobre la mesa maridado con una buena selección de vinos. Y, a veces, eso se agradece. ¿Cuánto hace que no os coméis una buena ración de mejillones al vapor? Siglos. Con lo ricos que están con su chorrito de limón cuando el mejillón es grande y bueno. No es que sea el plato que abandera la carta, pero oye, pedidlos.
La línea culinaria de La Charca es la de la taberna de toda la vida, ligeramente reinventada con una dosis de estilo y cierta gracia visual (en el local y en lo que se sirve). Viene a ser algo similar a lo que Manolo Fernández, propietario, llevó a cabo con éxito hace unos meses en Asgaya: Actualizar el concepto de mesón y sidrería asturiana sirviendo el mismo buen producto.
Su tierra no se le olvida tampoco en esta nueva aventura en Plaza de España. Por supuesto cuenta con fabada asturiana, con merluza de anzuelo a la sidra o con cahopo de solomillo. Alguna sorpresa en las raciones como la patata confitada con trufa, foie y huevo de corral a baja temperatura sorprende, a pesar de su sencillez, y deja muy buen sabor de boca, el mismo que permanece, para rematar, con el espectacular arroz con leche.
El precio puede ser elevado dependiendo del producto por el que nos decantemos, pero ofrece una muy buena oferta de raciones para compartir y, a mediodía, menú y medio menú a 13,90 y 8 euros, asegurando la misma calidad del resto de la carta. No hay que darle más vueltas. Aquí solo se trata de sentarse y disfrutar. Sin complicaciones.
Juan Álvarez Mendizábal, 7. Tlfn. 91 547 28 94